Ramiro Frente de buey

Carlos decidió que lo mejor para Candelaria era hacer la ruta de Santiago de Compostela. Y como la mujer era muy frágil, contrató a Ramiro frente de buey -un cliente contrahecho, con el que probaba un nuevo ungüento para corregir espaldas planas- para cargar el equipaje. Indagando en la vida de Ramiro, Carlos supo que por su malformación, desde pequeño, lo obligaron a cargar cosas. Por ejemplo: a falta de silla de ruedas, cargó desde los 5 años a su abuela hasta que ésta murió, cuando Ramiro tenía 13. Después de eso, Ramiro tuvo en su espalda, por dos meses, una televisión hasta que sus padres pudieron comprar una mesita. Pero lo que más pesa sobre la espalda de Ramiro fue cargar, por mucho tiempo, con la culpa de un homicidio que no cometió.