Ramiro Frente de buey

...todos saben donde empieza...

Para Candelaria, la mujer del boticario, la vida es puro sufrimiento. Sumamente religiosa y diligente, divide su tiempo entre los quehaceres de la parroquia y del hogar. Para ella el sexo se practica con el único fin de procrear y como su marido no quiere hijos, por temor a que le salgan jorobados, ambos son virgenes hasta el día de hoy. Candelaria no comprende ni las pócimas ni las metáforas de Carlos, las considera practicas ocultistas, por ello, reza diariamente 33 Ave María. Candelaria tiene un sueño, hacer la ruta de Santiago de Compostela peregrinando. Siente verdadero fervor por las piernas de jamón y se sabe que Galicia ofrece las más tiernas.
El jorobado de Montmartre adquirió ese apodo debido a su malformación. Siempre fue un niño muy retraído, encontrando en “el escondite” la calma. Fue así, como un día, se introdujo en el equipaje de la familia republicana que protegían sus padres y fue embarcado al exilio como polizón en el Winnipeg. Desde dentro de la maleta escuchó durante más de un mes a la gente hablar de Chile como el país de la liberación y de los sueños. Tan solo pisar tierra chilena fue devuelto a su familia en Francia. Desde ese día cree que en Chile sería libre por fin de su joroba. Aún continua escribiendo sin cesar al poeta para que lo embarque en el próximo viaje. Maxim Pepinot le paga algunas monedas por peinar a su gato.

La vida de Alelie es sencilla: camarera de un café parisino. Colecciona billetes con mensajes y arma pequeñas historias con ellos. Su dinero le alcanzaría para comprar un departamento con vistas a la torre Eiffel, pero no, ella prefiere dejar volar su imaginación. Es por eso que Jaques la tiene como su musa. Antes de viajar a Tokyo, él pasaba diariamente a tomarse un café para admirarla. Ambos tenían un coqueteo casi imperceptible, pero comprensible en su mundo de incomprendidos. Alelie ha sido la inspiración para varios artistas, pero ella no lo sabe y no ha cobrado derechos. Alelie servirá cafés hasta que muera de viejita.









Lo suyo siempre ha sido el cine pero estudió medicina obligado por sus padres. Se especializó en oftalmología encontrando en ella alguna relación con su libro de cabecera “THE EYE BEHIND THE CAMERA”. Julio fue el asistente de Esteban en su epoca gloriosa. Rehacía guiones y reencuadraba todo alcanzando perfeccion sublime. Incluso, alguna vez llegó a reemplazar el elenco por completo sin que Esteban se percatara. Julio fue despedido el día en que el director le devolvió su antología en DVD de Kubrick por miedo a que se diera cuenta de donde le había venido la inspiración para la que sería su siguiente film. Casualmente hoy Julio trabaja como medico en el hogar y continua siendo “THE EYE BEHIND…”